Cuando me entrevistaron para la revista Ideas y Negocios, me preguntaron cómo podía haber creado tantas empresas. Les dije que el secreto era sencillo, y ya lo he comentado alguna vez en este blog; tener un buen equipo. Ninguno sabemos de todo y podemos hacer todo, así que es mejor rodearte de gente que te complemente.
Por casualidad he encontrado esta historia que refleja fielmente lo que quiero expresar:
Cada vez que David Ogilvy (el denominado Padre de la Publicidad) abría una nueva oficina, dejaba un juego de Matrioshkas en el escritorio del nuevo gerente. Cuando este llegaba hasta la muñeca más pequeñita, encontraba en su interior la siguiente nota:
«Si cada de uno de nosotros contratara personas más pequeñas que nosotros, nos convertiríamos en una empresa de enanos. Pero si cada uno contratara personas más grandes que nosotros, nos convertiríamos en una empresa de gigantes». David Ogilvy