Advertencia: en este post voy a hablar de religión y Dios, al que le den urticaria estos temas mejor que no siga leyendo.
Tras hablar primero de la experiencia más bella en mi pasado viaje a India y después de la más emocionante y que más me tocó el corazón, voy a acabar esta serie de tres artículos con la que más aprendí.
No he contado todavía que fue un viaje para conocer distintas culturas. Concretamente tres religiones, tres formas de entender la vida, la espiritualidad y el saber… Sikhismo, Budismo e Hinduismo. Empezamos la ruta en Amritsar visitando el Golden Temple, el templo más importante para los Sikhs de todo el mundo. Después Dharamsala, la capital del Tíbet en el exilio, residencia oficial del XIV Dalai Lama. Monjes tibetanos por las calles, ceremonias en los templos budistas, un lugar en los himalayas donde respirar la paz del budismo tibetano. Luego Rishikesh y Haridward, ciudades sagradas para el hinduismo y cuna del yoga en India, a las orillas del río Ganges.
Acabamos el viaje en Delhi y aunque no había nada programado allí, surgió la oportunidad de
> visitar la mayor mezquita de la India, así que de regalo compartimos el viaje con una religión más. El guía
indio nos explicó lo siguiente:
Los hindús y los musulmames hacemos las cosas al reves, para entrar en el templo unos nos lavamos los brazos por el interior y otros por el exterior, unos oramos con las manos abiertas y otros separadas…
Y justo en ese momento cobró sentido todo el viaje, donde él veía la diferencia yo vi la igualdad: lo importante es que ambos se lavaban las manos antes de entrar al templo (los cristianos nos santiguamos en las pilas de entrada aunque se vaya perdiendo); ambos usan las manos para orar y como esas muchas más similitudes en lo fundamental, viendo más allá de la superficie. El haber vivido de cerca todas estas religiones me ha hecho darme cuenta de que no son más que una herramienta para recordar que somos uno con la divinidad, una adaptación a la realidad cultural de cada zona, solamente eso. Al igual que usamos distintos idiomas, pero el significado de las palabras es el mismo, las religiones son palabras en cada idioma para expresa la realidad profunda que
nos supera y que no podemos atrapar con palabras.
Tras la mezquita fuimos a visitar la tumba de Ganghi, así que me parece perfecto acabar este artículo con la frase con la que empieza la película «One, Todos somos Uno«:
Aquel que no vea a Dios en la siguiente persona con quien se cruce, que no lo busque más.
Aquí está dicha película donde explica mucho mejor que yo todo esto, para el que la quiera ver, son 80 minutos.
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