Las hemos escuchado tantas veces que ya las hemos tomado como válidas, sin pararnos a pensar si realmente son ciertas. Es necesario cuestionarse lo que siempre nos han contado o incluso nosotros nos hemos contado.
A lo largo de mi experiencia como mentor, he trabajado con muchas personas que repetían los mismos patrones. Patrones que en infinidad de ocasiones, estaban basados en creencias limitantes, en afirmaciones que hemos ido asumiendo como válidas sin cuestionarnos su realidad.
Cuando empezamos un proceso de conocimiento profundo de nosotros mismos, descubrimos nuestros verdaderos anhelos. Este es uno de los primeros ejercicios que propongo en mi metodología para definir tu MTP; tu Propósito Transformador Masivo.
Este ejercicio, junto con el del Ikigai, son los más reveladores en lo que respecta a nuestra propia naturaleza. Lo que te permite deshacerte de ciertos mitos o tabúes que teníamos arraigados sin preocuparnos en analizar su origen.
Escucharlo muchas veces no lo hace más cierto
Cuando llevas escuchando una misma afirmación durante años, incluso desde la infancia, es normal que la aceptes como verdadera, pero eso no quiere decir que lo sea.
Pero es necesario pararse a pensar, reflexionar y analizar todas esas mentiras que siempre nos han contado, y ver cuál es la otra cara de la moneda.
Cuatro grandes mentiras
- Trabaja para vivir y no vivas para trabajar
Esta es una máxima que nos han repetido constantemente y que pretende defender la idea de que la vida es aquello que empieza cuando terminas tu jornada laboral. ¿Por qué? ¿No te parece que pasamos muchas horas en el trabajo para reducir tu vida a lo que queda después?
- Los sueños no pagan facturas
De nuevo hay un concepto erróneo en esta afirmación. Pensar en los sueños que cumplirías si te tocara la lotería, evidentemente no sirven para nada. Quizás para entretenerte o generar una conversación entre amigos.
- Hay que esforzarse para tener éxito
Un esfuerzo asociado al sufrimiento, a que lo que consigas tiene que haberte costado sudor y lágrimas. No te van a dar nada hecho, pero no tienes por qué pasar una etapa de penurias para llegar a la meta.
- Sigue tu pasión
Porque entendemos la pasión como algo positivo, como lo que realmente te motiva. Pero no es así. Hay pasiones que matan. Además de que, aquello que tomas con excesiva pasión, puede desaparecer con la misma celeridad.
Las cuatro verdades
Está la otra cara de la moneda. La versión que no habíamos escuchado antes, que nadie nos había contado y que yo quiero compartir con vosotros.
- Trabaja y vive con propósito
Cuando defines tu propósito, encuentras tu razón de ser, la historia que habita en tu interior, para lo que has venido a este mundo. Esa es tu vida. La que dedicas a disfrutar con tu familia y amigos, la que aprendes algo nuevo cada día, en la que demuestras tu valía, tu esencia. Y tu trabajo forma parte de tu vida. Vive y trabaja con propósito.
- Los sueños que no se materializan no pagan facturas
Quedarte sentado/a en el sofá, soñando en lo que te gustaría ser, pero sin hacer nada, lógicamente no paga facturas. Pero si tienes claro quién eres y lo que quieres conseguir en la vida, irás a por ello, siguiendo el camino que marca tu propósito, tu Estrella Polar. Así conseguirás que te paguen por ello.
- El éxito es un patrón replicable. El universo es abundante y no se esfuerza
Al definir tu propósito el universo se alinea contigo. No se trata de esfuerzo sino de disfrute. Porque estás haciendo lo que realmente te gusta, tienes un objetivo claro, una meta a la que llegar. Pero esa meta es el propio camino, el ir recorriéndolo cada día, construyendo, creciendo, viviendo.
- Sigue tu propósito
Deja la pasión y céntrate en el propósito. Saca esa palabra de tu vocabulario y sustitúyela por propósito, que es lo que realmente dará sentido y foco a tu vida.